domingo, 16 de junio de 2013
Historia de Linares, N.L.
El 10 de abril de 1712, el sargento mayor Don Sebastián de Villegas Cumplido fundó la villa de San Felipe de Linares en homenaje al Virrey, Don Fernando de Alencastre Noroña y Silva, Duque de Linares. Sin embargo, como el asentamiento se encontraba dentro de la jurisdicción de Hualahuises, los nativos de este lugar se inconformaron e iniciaron una serie de disputas con miras a que la Villa de San Felipe fuera reasignada "una legua al oriente de los terrenos de Hualahuises".
En 1715, los vecinos de Linares tomaron posesión de la nueva Villa: "Todos a la vez y el mismo día se trasladaron al lugar señalado". La tribu indígena que habitaba la región era la de los "Ampapa Caegne Amiguas", mejor conocidos por los colonizadores como los come pescados.
Se erigió como ciudad el 19 de mayo de 1777 y en este mismo año se estableció el Obispado de Linares, el cual fue el centro religioso más importante de la región.
Con la colonización de la región del Nuevo Santander (hoy Tamaulipas), la Villa de San Felipe se convirtió en un centro estratégico de producción, acopio y tránsito de mercancías y personas hacia nuevas tierras. En el siglo XVIII se constituyó como el primer productor de caña de azúcar en el norte de México.
La configuración de la ciudad es una retícula de calles compuestas por manzanas de aproximadamente sesenta metros de longitud, orientadas casi en dirección norte-sur y este-oeste. Como un legado a las futuras generaciones de los primeros tiempos de la villa, se conservan aún la catedral de San Felipe, construida en 1779, y la capilla del señor de la Misericordia, que data de 1783.
Además de sus templos de la época colonial, Linares se enorgullece de su Palacio Municipal, edificado en 1825. También son representativos la botica Morelos, el Casino de Linares de estilo neoclásico francés, la Casa de la Cultura, el Colegio Modelo y la iglesia del Sagrado Corazón.
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